ERES EL VISITANTE N°

sábado, 27 de agosto de 2011

Pienso que es el más bello mi semblante,
mi forma, entre las puras, la ideal;
y mi valor tan alto conceptúo
que para mí domina a todo mérito.
Pero cuando el espejo me presenta,
tal cual soy, agrietado por los años,
en sentido contrario mi amor leo
que amarse siendo así sería inicuo.
Es a ti, otro yo mismo, a quien elogio,
pintando mi vejez con tu hermosura.

Si la muerte domina al poderío
de bronce, roca, tierra y mar sin límites,
¿cómo le haría frente la hermosura
cuando es más débil que una flor su fuerza?
Con su hálito de miel, ¿podrá el verano
resistir el asedio de los días,
cuando peñascos y aceradas puertas
no son invulnerables para el Tiempo? 

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