ERES EL VISITANTE N°

jueves, 12 de diciembre de 2013

3 Minutos

El abrazo que le dí al espejo me duró todo el tiempo que viví. En segundos y fracción por mis ojos vi pasar cada sueño que logré y mi boca sonrió y pude tocar mi fe.
La anestesia me llegó la di vuelta y descubrí mi alegría por llorar, la aventura de partir.
Un océano que al fin consiguió alcanzar la paz. La dulzura de saber que me voy sin molestar. La distancia que sentí entre el fuego y el ardor es eterna para mi.

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